Alberto Núñez Feijóo, el sucesor de Rajoy que más apoyo interno suscita en el PP

06/06/18


Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, Alberto Núñez Feijóo y María Dolores de Cospedal

Alberto Núñez Feijóo es el dirigente con más opciones de suceder a Mariano Rajoycomo nuevo líder del PP. Lleva siendo su virtual sustituto desde hace años. El recambio natural, lógico, el que quiere la mayoría del partido, con la única pega de que a los populares les pesa un poco aupar a "otro gallego". Su nombre, en estos momentos, es el que más respaldo territorial e interno concita. "No hay juego", según sostenían este martes fuentes populares. "No hay cartas" para otro aspirante.

Pero las otras dos posibles sucesoras, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, también cuentan con apoyo. Dirigentes territoriales y cargos del partido se encuentran a la espera de que la ex vicepresidenta del Gobierno dé el paso. "Es todo muy prematuro", sostienen fuentes de este grupo. "Está todo muy abierto y se centra en dos nombres: Soraya y Alberto".

Otras fuentes del PP que tampoco ven atado que Feijóo pueda ser el único candidato sostenían este martes que es todavía "difícil saberlo" y que todo depende de las aspiraciones reales de Santamaría y Cospedal. Este martes, que era el momento de la despedida de Mariano Rajoy, nadie realizó un solo gesto. Pero el lunes, con el Congreso Extraordinario ya convocado, los posibles candidatos ya podrán desvelar sus intenciones.

No obstante, la lectura que se hace en el partido es que el presidente de la Xunta de Galicia es quien cuenta con más aval. A su comunidad sumaría la parte de Castilla y León que pueda controlar Juan Vicente Herrera, uno de sus grandes valedores en el PP. También Extremadura y La RiojaValenciaMadrid y Aragón no le ven con malos ojos.

Andalucía y País Vasco son, según las primeras interpretaciones, más partidarios de Sáenz de Santamaría. Y también podría respaldarla el presidente del PP de Castilla y Léon, Alfonso Fernández Mañueco.

Cospedal, además de ser la presidenta del PP de Castilla-La Mancha, como secretaria general nacional en los últimos 10 años tiene partidarios en la mayoría de las autonomías. En principio, si ella no pensara en presentarse, ese respaldo sería para Feijóo. Cospedal tiene intención de frenar, según distintas fuentes, una posible candidatura de Sáenz de Santamaría que, pese a sus incondicionales, no todos acaban de creer que se pueda materializar.

Fuentes populares apuntaban este martes que la secretaria general podría incluso haber alcanzado un pacto de colaboración con el líder gallego. Recordaban que con quien mantiene buena relación es con Cospedal y no con Sáenz de Santamaría. Ambos nunca han tenido confianza mutua, entre otras cosas porque desde el entorno de Feijóo se atribuye a la ex vicepresidenta la difusión de la fotografía con Marcial Dorado.

Con estos mimbres se dispone el PP a afrontar la Junta Directiva del lunes que pondrá fecha al Congreso Extraordinario y nombrará al Comité Organizador. Una parte de los barones autonómicos sostiene que lo mejor para el partido es que haya un único candidato. Pero esta opinión no es unánime. Otros cargos territoriales y cuadros medios no ven tan dramático que haya más de un aspirante.

En la elección del sucesor de Rajoy votarán por primera vez los militantes, ya que en el último congreso ordinario, en febrero del año pasado, se aprobó un nuevo sistema para escoger al presidente de la formación. Se trata de una doble vuelta, en la que primero votan los afiliados y después los compromisarios. Este cambio se introdujo por la reclamación interna de un militante, un voto. Se ha aplicado ya en los congresos autonómicos y locales, pero todavía no a nivel nacional.

Este sistema abre la posibilidad de que pueda ser designado alguien con mucho tirón entre la militancia. Sería complicado pero no imposible. Si alguien arrasa en la votación entre las bases, será directamente candidato único. Arrasar significa cumplir tres condiciones. Una, haber logrado más del 50% de los votos de los afiliados. Dos, conseguir el 50% en al menos 30 circunscripciones (esto se incluyó para que no haya votos masivos de determinados territorios). Y tres, superar en 15 puntos al segundo aspirante en liza.