"Tristana", de Benito Pérez Galdós el viernes 1 y sábado 2 de junio en la Sala Pereda

22/05/18


Tristana, la heroína de Benito Pérez Galdós, sueña con estudiar, trabajar y ser libre en un mundo dominado por el hombre. Se une así a la explosión de protagonistas femeninas que a finales del siglo XIX claman por la independencia de la mujer.

Galdós funde en el personaje de Tristana sus experiencias amorosas con la joven actriz Concepción Ruth Morell y con la novelista Emilia Pardo Bazán. Frente a ella, como en un triángulo imposible, el seductor caduco don Lope y el joven pintor Horacio, incapaces de respetar sus deseos de  aprendizaje y emancipación. Y a su lado, como cómplice y confidente, la criada Saturna, la mujer apegada a la realidad.

Momentos de sonrisas y momentos de dolor. En fin, una función que nos invita a reflexionar sobre la situación real de la mujer en el mundo actual.

Sinopsis

Al morir su madre, la huérfana Tristana, ya de veintiún años, es recogida por un amigo de la familia, Don Lope, que acabará convirtiéndose en su tutor-seductor. Don Lope, de cincuenta y ocho años, es un don Juan en decadencia, en retirada. Tras haber sido seducida por Don Lope, la joven protagonista se rebela ante la situación y al poco conoce y se enamora de Horacio, un pintor que no acepta el espíritu feminista de Tristana. El pintor tiene que ausentarse de Madrid durante una larga temporada y la relación se enfría (aunque Tristana sigue idealizando a Horacio). Durante este tiempo, Tristana enferma y pierde, por amputación, una pierna. El joven Horacio viene a visitarla más por piedad que por sentimiento y desaparece. Nada queda en él del antiguo amor… En esta situación, Tristana se ve nuevamente atada a Don Lope. El pintor acabará casándose con otra mujer y Tristana cambiará sus sueños de ser actriz o pianista por una vida estéril y casi autómata, con Dios como único “objeto del deseo”, mientras asistimos a la decadencia de un Don Lope, cada día más viejo y arruinado. Sin embargo, la cesión de unas tierras de un familiar a cambio de regular una relación escandalosa facilita que la obra termine, de forma irónica, en una boda de conveniencia entre los protagonistas.