Las playas urbanas obtienen el certificado Safe Tourism como marca de seguridad frente a la covid-19

31/07/20


La Segunda del Sardinero, La Primera, La Concha, el Camello y el conjunto formado por La Magdalena - Los Peligros - Bikinis contarán con este nuevo reconocimiento, que se suma a la Q de la Calidad, la EMAS y la ISO 14.001

Las playas urbanas de Santander (La Segunda del Sardinero, La Primera del Sardinero, La Concha, el Camello y el conjunto formado por La Magdalena -Los Peligros - Bikinis) han obtenido el certificado ‘Safe Tourism Certified’, lanzado por la Secretaria de Estado de Turismo y creado por el ICTE, Instituto para la Calidad Turística Española, como marca de garantía y certificación de implementación del sistema de prevención de riesgos para la salud frente a la covid-19.

Así lo ha anunciado esta mañana la alcaldesa, Gema Igual, quien ha explicado que “esta marca de garantía” se ha logrado tras superar con éxito la auditoría externa realizada por la empresa certificadora SGS  International Certification Servicios Ibéricos S.S.U, una certificación oficial que se rige por la norma UNE 0066-20 de Medidas para la Reducción del Contagio por el Coronavirus SARS-CoV-2.

Acompañada por la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo, la regidora ha detallado que en dicha auditoría se ha controlado el aforo, la distancia social, las medidas higiénicas – baños y duchas- “por lo que además de la Q de calidad, la certificación europea EMAS y la ISO 14.001, las playas urbanas de Santander contarán a partir de ahora con esta bandera que garantiza la seguridad frente a la covid-19”.

“Recuerdo que el trabajo ha sido mucho, a veces con poca información y mucha rapidez. Empezó el 8 de mayo, cuando preguntamos a la Ministra, posteriormente con la Federación de Municipios de Cantabria, y sin esperar más nos pusimos a trabajar para dar mucha información previa a los usuarios y mucha atención y control en las playas”, ha remarcado.

Las playas, ha asegurado, están siendo muy utilizadas por los ciudadanos y así lo avalan los datos. En este sentido, ha hecho referencia a la web http://playas.santander.es/, que desde su puesta en marcha ha tenido 170.000 usuarios únicos y ha registrado 222.000 sesiones, con más de 345.000 páginas vistas, siendo las más visitadas la principal, -en la que figuran todas las playas con la barra de aforo-, y los apartados dedicados a la Primera y a la Segunda del Sardinero.

Por ubicación geográfica, los que acceden a la web son principalmente de Santander, municipios de la provincia, como Camargo y Torrelavega; Madrid y  ciudades cercanas como Bilbao, Valladolid, Palencia, Vitoria, León, Zaragoza, etc.

Respecto al mapa de servicios, ha detallado, ha sido visitado por 161.000 usuarios y se han producido picos de casi 20.000 usuarios en los días de mejor climatología, como fueron los días 19 y 25 de julio.

“Contra viento y marea, solos y contra el maltrato de Costas, hicimos el proyecto Santander a Punto, para trasladar a vecinos y visitantes que la ciudad iba a estar preparada y sería segura y con ello también las playas”, ha indicado.

Según ha remarcado, Santander ha trabajado intensamente en tener a punto las playas por su repercusión para el sector del turismo de la ciudad, y ha recordado la labor que se ha desarrollado también de la mano de las empresas privadas como los hoteles, a quienes ha agradecido las inversiones ejecutadas recientemente.

La alcaldesa ha lamentado nuevamente el estado en el que se encuentran los arenales de la ciudad, con multitud de piedras que evidencian los necesarios movimientos de arena, que suponen un problema para la seguridad de los usuarios y el baño, y en el caso del Sardinero impide aprovechar además la playa con la marea baja.

La regidora ha vuelto a hacer un llamamiento a los ciudadanos para que aprovechen el despliegue tecnológico y humano en marcha en las playas santanderinas, informándose antes de acudir y respetando las normas marcadas, y ha incidido en que si se hace un buen uso, este verano habrá playa para todos.

Campaña de concienciación y operativo de gestión

El Ayuntamiento de Santander ha invertido más de 850.000 euros en el dispositivo de playas de este verano, en el que trabajan 112 personas, y ha puesto en marcha además una campaña de concienciación e información para explicar cómo hay que ir a la playa, cómo colocarse cumpliendo la distancia establecida o cuáles son las normas de uso.

Los ciudadanos pueden conocer el grado de ocupación en tiempo real desde cualquier lugar a través de la web http://playas.santander.es/, en las pantallas que se han instalado en los accesos y a través del personal a pie de playa, que suman 28 personas al día entre monitores y auxiliares en los 16 accesos delimitados, de los 40 contratados.

Se han instalado dispositivos para contabilizar las personas que entran y salen de las playas, información que se envía a la plataforma municipal desde la que se gestionan los aforos y se tiene conocimiento en tiempo real de los ciudadanos que acceden en cada momento en los arenales.

Asimismo, la nueva web de playas informa a través de un sencillo código de colores, que pasa de verde a rojo, del grado de ocupación de las playas e incorpora información de los servicios, normas de uso y cualquier información relevante que sea necesario comunicar, así como las imágenes de las webcams.

De manera complementaria, en los accesos habilitados de las playas se han instalando monitores en los que se puede visualizar el nivel de afluencia en tiempo real.

El aforo se ha calculado en arena seca en base a seis metros cuadrados por persona, aunque el conteo incluye también un aforo dinámico en función de las mareas, gracias a un convenio con el Instituto de Hidráulica y la Universidad de Cantabria, tras llevar a cabo una planimetría con drones para poder optimizar el espacio disponible.

Para garantizar las medidas higiénico-sanitarias se han delimitado 16 accesos, que cuentan con cartelería horizontal y vertical, un camino señalizado de seis metros de anchura que lleva hasta el agua, espacios  reglados para la estancia y el paseo, con un balizamiento dinámico a medida que suba o baje la marea, y tecnología y personal para proporcionar información a los ciudadanos.