Opinión


04/07/17

Onésimo Pérez

  1. Iván Fandiño

    El pasado sábado 17 y finalizada la feria de San Isidro, me disponía a escribir lo que nos deparó esta feria de 2017, cuando me llegó la noticia del fallecimiento de Iván Fandiño víctima de una terrible cornada en la plaza Francesa de Aire sur L’adour, por un toro de Baltasar Iván. Sinceramente se me heló la sangre, lo primero que me vino a la memoria fue recordar a nuestro paisano Víctor Barrio, cuando no se han cumplido ni 365 días de aquella fatal tarde en Teruel por un toro de la ganadería de los Maños llamado “Lorenzo”, que le alcanzó el pulmón, cogida muy similar a la que ha sufrido Iván Fandiño , casualidades de la vida, un terrible suceso que nos recuerda que los toros matan de verdad, como le dijo Cuchares a su buen amigo Julián Romea gran actor de teatro;- ¡Julián aquí se muere de verdad y no de  mentirijillas como vosotros en el teatro”.

    La muerte está ligada al espectáculo taurino y que produce y precisa de mártires, pero mártires auténticos que se convierten en héroes. De Fandiño se puede asegurar que era un torero de los que no se escondían, siempre luchó hasta el final contra el sistema, murió en su ley, se fue un torero, un héroe vestido de luces. Recojo algunas frases que dijo su apoderado y que editó un periódico de tirada nacional en el año 2013, y decía: _ La historia de Iván Fandiño en el toreo es el triunfo de un superviviente, de un héroe, Iván viene de un submundo que la élite no conoce ni en sus peores pesadillas, un ecosistema de talanqueras portátiles, encierros, polvo, calor, dureza, fondas y ayuntamientos. Y terminaba_ Por eso en cada tarde importante en la soledad del patio de caballos, en esa habitación de los miedos, donde los hombres se afligen y los héroes se crecen, volveré a acercarme a Iván y decirle como tantas otras ¡soldado, hoy toca ganar!

    Solo me queda recitarle en su memoria el siguiente epitafio:

    -Pena en la tierra y alegría en el cielo, esta trágica tarde no pudiste salir por la puerta grande una plaza de toros, pero abriste la puerta de la gloria del cielo D.E.P ¡Torero!

    Frascuelo consideraba las cornadas como un componente natural de la carrera del torero, unos tienen mas suerte y otros menos.

    Retomando a lo que debería haber sido este artículo sobre la Feria de San Isidro 2017, feria larga larguísima con 34 festejos entre novilladas, corridas de rejones y corridas de toros, incluyendo las corridas de la prensa, beneficencia y cultura en total saltaron al ruedo venteño 204 toros, no se incluyen los sobreros, como se podrá deducir una feria tan larga da para ver mucho, bueno regular y menos bueno.

    De lo bueno destacar las tres puertas grandes de los toreros de a pie, triunfador absoluto Ginés Marín, y que al fallar con la espada le privó de no repetir puerta grande en la corrida de la cultura, un torero joven con un futuro muy prometedor. Juan del Álamo, el Salmantino que por fin después de varias buenas actuaciones en Madrid, consiguió la tan añorada puerta grande, y el “jovencísimo e infumable” Enrique Ponce que después de 28 años como matador de toros sigue dando lecciones de toreo. Ha habido actuaciones importantes, es digno de resaltar las de Sebastián Castella, Talavante, El Juli, Perera, que por unos motivos u otros no pudieron finalizar. No puedo obviar las actuaciones de Ferrera y Joselillo, que ante corridas de las llamadas duras, léase Adolfo Martín o Miura respectivamente, se jugaron el tipo con el reconocimiento de los aficionados y es que toreros así hacen falta en la fiesta por lo menos para emocionarnos e ilusionarnos.

    En el apartado ganadero hay que reconocer que los toros no se han caído como en otras ocasiones, hemos visto toros muy buenos y ganaderías que están en un buen momento, como dos toros de Dolores Aguirre, otros dos de Vitorino Martin, una gran corrida de Rehuelga con tres toros para enmarcar, las dos corridas de Alcurrucen que le propiciaron la puerta grande a Juan del Álamo, en fin, algún toro suelto mas el triunfo grande de Domingo Hernández que propició la salida a hombros de Ponce.

    Como final no puedo silenciar las actuaciones en negativo de los presidentes de la primera plaza del mundo. Hubo tardes que rozaron el esperpento, estos señores por muy inspectores de policía que sean se quieren convertir en protagonistas del espectáculo y no tienen ninguna sensibilidad para presidir. Dieron orejas que no las pedía la mayoría en cambio negaban otras a toreros que si las merecían aun cuando el público soberano las reclamaba con insistencia. Vimos dar la vuelta al ruedo a un toro que nadie pidió, con las banderillas obligaban a entrar a los toreros varias veces con las cuatro banderillas reglamentarias a toros imposibles.

    Tengo entendido que la labor de la presidencia quieren cambiarla en el reglamento taurino, pues tal y como está la cosa sí que hace falta que lo hagan.